La enseñanza de la historia depende de muchos factores, vamos a comenzar con las dificultades y características de la tarea de los historiadores. Es preciso que estos aborden la investigación, con una mayor reflexión
teórica, alejada de las modas historiográficas
y de las ataduras academicistas, que obligan a que nuestros mejores investigadores no tengan tiempo para reflexiones
teóricas, y se encuentren ocupados y agobiados en aumentar el número
de trabajos –apresurados y superficiales- de sus currículos.
Porque no se trabaja con independencia y libertad
porque se ven obligados a asumir las corrientes metodológicas que les imponen
las tendencias historiográficas dominantes que fluyen desde los cenáculos
de los departamentos universitarios, que configuran los
tribunales que juzgaran su actividad investigadora, que les permitirán conseguir un puesto fijo y seguro en
los escalafones de los cuerpos docentes universitarios.
Pero lo peor, es que
después de conseguir esa ansiada seguridad laboral el investigador no vuelve a resurgir, porque las estructuras cáducas e inalterables de la
Universidad, que no han cambiado al mismo tiempo que la sociedad real y además,
las leyes universitarias presentes y futuras que reglamentan la actividad investigadora, no ofrecen estímulos de ningún tipo para emprender el trabajo de
nuevo.
(Continuará...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario